Quiero hablar de este tema, porque siempre que mencionamos los “aliños”, nos viene a la cabeza tres ingredientes básicos: aceite, vinagre y sal. Con esto no quiero decir que no estén buenos, pero podemos abrir nuestras mentes a otros muchos ingredientes y maneras de elaboración de nuestros aliños. Lo hacemos, quizás, porque es lo más fácil de preparar y teniendo en cuenta el ritmo de vida que llevamos...
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Se me ocurre que partiendo de nuestra vinagreta, podemos añadir hierbas aromáticas o frutos secos, como por ejemplo pistachos, nueces, pasas. Pero y porque no llegar un poco más allá y enriquecer la vinagreta con mermeladas o frutas como cerezas, naranjas, fresas, manzanas, arándanos, frambuesas. Una ensalada con vinagreta de fresas, ummmmmmmm, esto ya va sonando a delicado y sutil.
También podemos añadir a nuestros aliños alimentos ya cocinados, como unos tomates, pimientos y/o berenjenas asadas... Igualmente cabe la oportunidad de utilizar alimentos secos, como es el caso de los tomates o las ñoras. Se me hace la boca agua!
Disfrutaremos con aliños de diferentes texturas si añadimos yogur, leche, mahonesa, tabasco, curry u otra salsa de la que normalmente disfrutamos, o si tenemos oportunidad, porque no utilizar un sifón, así lograremos una espuma que nos deleitará tanto en el palardar como en la vista.
Todas estas ideas nos ayudarán a convertir una receta normal en una especial, pero tenemos que tener en cuenta un consejo, nuestos aliños tendrán como función dar contraste y aroma a nuestros platos, pero jamás anular el sabor de los ingredientes protagonistas de nuestros platos.
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